Entre los jamones curados hay diferencias variadas que tienen que ver con la calidad del producto, pero sobre todo con su origen. Jamones serranos o ibéricos no son necesariamente tienen grandes diferencias, pero si no las conoces te decimos sus distinciones.
El jamón ibérico tiene denominación de origen en España y entre las reglas que hay que cumplir es que la materia prima sea cerdo ibérico de raza negra alimentado con bellotas.
Mientras que el jamón serrano es un producto derivado de cerdos blancos alimentados a base de granos y pienso (alimento seco).
Otra distinción es que el jamon proviene de las patas traseras del cerdo y se aprecia más que las paletas, que son las patas delanteras.
En el caso del jamón ibérico es fácil encontrar un código de barras que ayuda a saber de dónde proviene la pata y su trazabilidad.
Ya dentro de los ibéricos hay categorías como el cebo que son cerdos criados en granjas, los recebo que también vienen de granjas pero ocasionalmente comen bellotas y los bellota que son cerdos en el campo que se alimentan de bellotas.
Un jamón pata negra o jabugo, no necesariamente significa mayor calidad, sólo describe una propiedad física del producto o de una región productora.
Recuerda que la marca Fermín maneja jamón ibérico que puedes adquirir en nuestras sucursales en el formato de pata o loncheado.