Siempre se tiene la idea de que a mayor precio habrá más calidad en el producto y aunque la regla no es del todo errónea siempre hay lo que se denomina una buena relación calidad-precio donde un costo accesible no está peleado con un artículo bueno.
Esto también se traslada a vinos y destilados. Muchas de las veces una producción de alto volumen o mecanizada no simboliza que el producto resultante sea malo, sino que solamente se abarata más pero conserva esa calidad.
Igualmente hay vinos que por el simple hecho de estar en una región específica o, mejor aún, en una denominación de origen se garantiza que siguen buenas condiciones de producción y un buen resultado, pero mantienen un precio accesible o más bajo que otras etiquetas del mismo lugar.
También hay países que cuentan con apoyos gubernamentales y aduanales que hacen que los impuestos tasados a sus vinos sean bajos y por eso para el consumidor llegan a un buen precio.
Puede haber más factores, pero no siempre hay que juzgar un vino por su precio, de la misma manera que se le llega a juzgar por su etiqueta. Siempre habrá opciones justamente para no afectar el bolsillo, sobre todo a principios de año, y seguir disfrutando de una buena calidad.
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