El Imperio Romano perfeccionó la elaboración del vino y la acercó prácticamente a lo que se conoce en la actualidad. Fueron justamente los romanos quienes expandieron la vid a todos los países del mediterráneo, pero muchas viñas quedaron en lo que hoy es Italia.
Justo en el centro de esta península se ubica una de las regiones con los mejores vinos italianos, además de ser una zona espectacular por sus paisajes, arquitectura y gastronomía: la Toscana.
Históricamente aquí se crean vinos elaborados principalmente por la uva Sangiovese y dos de sus zonas se han convertido en un referente de buenas etiquetas, Chianti y Chianti Classico.
El intenso sol que hace madurar a la Sangiovese, una extracción intermedia de la uva para tener vinos elegantes, y un toque de madera convierten a estos vinos entre los más apreciados del mundo.
Por ley, hay varias uvas que están autorizadas a utilizarse en estos vinos. Pero las francesas Cabernet Sauvignon y Merlot pueden cultivarse, aunque ningún vino hecho con ellas podrá tener una alta categoría dentro del sistema de denominaciones de origen italianas.
Productores apostaron por estas cepas francesas e hicieron vinos de buena calidad que aunque no estaban bien categorizados comenzaron a tener mucha demanda y fama. Hoy se les conoce como supertoscanos y aunque no tienen denominación de origen se cotizan más que muchos toscanos de alta categoría.
En la zona de la Toscana, Italia siempre hay un vino para cualquier gusto y en La Naval durante agosto tenemos la bonificación de 20% en algunas bodegas de este país, especialmente la vinícola Poggio Civetta que muestra una gama de etiquetas de la Toscana, incluido el blanco Vernaccia de San Gimignano y el tinto Morellino di Scansano.