En Portugal no todo es vinho verde; ciertamente es uno de sus mayores orgullos pero manejan otras variedades blancas nativas o no que también se traducen en vinos esenciales para tener en tu cava.
Uno de los ejemplos es la cepa Fernão Pires que se usa en la región de Palmela por sus notas florales y de frutos blancos, una buena expresión en boca. La variedad Arinto, por otro lado exalta lo que es lo cítrico, lo mineral y hasta alguna nota metálica que no es desagradable.
La Trajadura es una variedad típica del norte portugués y en ella sobresalen la manzana y la pera, mientras que la Verdelho es una cepa que comparte con España y que destaca mucho más la acidez y los aromas en el vino.
Es poco común que los portugueses acostumbren darle un toque de barrica a los blancos, aunque hay bodegas que sólo dejan los caldos unas semanas y en roble ya de varios usos para no perder la expresión original de la variedad.
Igualmente, este país se ha ido inclinando a los vinos frutales, refrescantes y de buena acidez que pide el mercado mundial aunque con el beneficio de utilizar sus uvas autóctonas para ofrecer productos que nadie más tendrá.
Para ellos un buen blanco siempre es bien apreciado y es que tienen un clima templado a cálido, como el de México, por lo que sus opciones siempre están presentes y no se aferran solamente a los tintos.
Prueba de nuestra cava una selección de los mejores blancos de Portugal que en marzo te bonifican el 20% de su valor.
Elige entre el 2 Castas, Dona Ermelinda Branco, Aveleda Alvarinho, V Verdelho, Dry White Port Niepoort, Flor de Crasto Branco o Esporão Reserva.